sábado, 25 de diciembre de 2010

Ida y Vuelta

Al final, después de todos es matchs, papeles, visa etc...te viniste a los states. Te transformaste en uno de los personajes de los libros de ingles de la primaria. Donde el tanito se iba a Londres a estudiar inglés.
La idea es estar acá por un año. Al pincipio parece muchisimo tiempo. Tres meses es una miseria, y seis sería perfecto.
Claro que esto está determinado por un sinfin creciente de factores. Si tenías novio en Argentina, si conociste alguien acá, si tus amigos de acá son más buena onda que aquellos que dejaste en tu país.
Leí más de una vez que las au pairs vienen huyendo de algo. No todas, pero la gran mayoría sí. Yo no soportaba a mi familia, me peleaba con todos, iba enojada por la vida, no tenía dinero, no tenía idea que quería estudiar. Realmente necesitaba aire.
Hace 10 meses que estoy en California. Acabo de hablar con mi host family y voy a extender por 6 meses más. Queda más que claro que no hay un amor imposible o una carrera a medio terminar esperandome allá abajo.
Pero también, como seres humanas histericas que somos las au pairs, o como todo ser humano, después de un tiempo empezamos a distorsionar ciertas cosas. Los dolares ya son cosas corriente en tu billetera, ese billete de un dolar de la suerte ya te lo gastasta en chicles, comprar ropa linda y barata todos los findes ya no te emociona. Cruzar la calle y que los autos paren para vos es un hecho.
Hopefully, cuando estes sintiendo eso, va a ser aproximadamente 10 meses que estas por acá. Todo aquello que dejaste se fue transformando en un recuerdo pintoresco, muchas veces acrecentado por un 'chillon, pero no por eso menos lindo alarido de: Yo fui a Buenos Airis, lo amo' de algun yankee.
Cuando me tome el taxi que me llevo al Aeropuerto, domingo, gris, después de una gran comilona de despedida, le dije chau a Balvanera para decir Hola California City. Era la emoción personificada.
Pero cada vez que pienso en Buenos Aires pienso en dias soleados, todos mis amigos queriendo salir todo el tiempo y tratando siempre de hacer cosas nuevas, yo super producida yendo a bailar, mi casa super prolija, ni una pelusa en el piso. Distorsión, te la presento.
No digas que no te avisé. Allá abajo la vida siguió, mientras vos te hiciste amigas de paises que ni habías pensado, como Kosovo, todos siguieron con sus vidas normalmente. Parece que 1 año no es taaaaanto. Es, incluso poco tiempo para mi. Y hablo estando bastante segura, de haber hecho algo que me hizo un click. Ese algo fue ir a Argentina, a dos meses de terminar mi año. Podría haber esperado, dos meses más, podría haberme tomado vacaciones de dos semanas, pero era realmente necesario para mi ir a decir hola, check out si quería estar ahi mas de una semana o dos o realemente quería quedarme.
LA homesick, fue sin duda peor que la primera vez. Pero a la vez me iba con un pequeño fastidio, el calor, las resacas a las que me sometí. Mix de sentimientos. Como comenté por allá arriba antes de venirme, estaba como loca, no conectaba con la naturaleza ni con la ciudad, ni con estudiar, nada. Volver me trajo un poquito de esos sentimientos que afloraron en el avion:
Entonces, la semana pasó volando y me ví en el aeropuerto de Miami, corriendo a mil, a 30 segundos de perder el avión que me llevaba al destino final. Ahí hice un crack. (Hace un tiempo, hablaba con mi mexican amiga de lo dificil que nos resultaba llorar ultimamente. Al principio del blog dije que el llanto era algo bastante comun, pero concluimos ambas en que algo se curte en una misma evitando así el berrinche espontaneo) Ese crack que hice fue el llanto más largo de mi vida. Perder un avión siempre me parecio motivo suficiente para llorar, pero a eso sumarle el mambo mental que tenía en ese momento, las decepciones que me cargué y las cosas muy lindas que pasé. Lloré y el problema de llorar, como dice el libro 'Como agua para chocolate' es que uno se pica, y después no puede parar. Llegué al avión, casí con las puertas cerradas, me senté y seguí. Lo peor de todo, es que me imaginaba que alguien chusma, como yo, me preguntaba por que lloraba. No tenía una fucking excusa. Y no la tengo todavía, pero se lo adjudico a toda la distorción que mi mente creó, la ida y vuelta más efimera, el echar un vistazo a Berrie back in Buenos Aires y volver a decir chau, más decidida que nunca. Ahora ya estoy de nuevo, un sábado a la noche escribiendo en un block de notas, medio a las puteadas ya que no hay nada mejor que hacer, pero sabiendo que es lo que elegí, por segunda vez. Todavía no es tiempo de volver. Cuando madure del todo tal vez! See you soon! Berrie!